P. ¿Por qué hiciste la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de la Abogacía de Barcelona?

R. Hice la EPJ del ICAB porque quería adquirir conocimientos prácticos, no teóricos, sobre el día a día de los tribunales. Mi vocación por el procesal, marcada desde el inicio de mi carrera profesional, me propició a decantarme por la Escuela, al ser la mejor opción para conocer de primera mano el funcionamiento de los juzgados.

P. ¿Qué te ha aportado a nivel personal y profesional la EPJ?

R. A nivel personal, la Escuela de Práctica Jurídica me permitió conocer a profesionales de reconocido prestigio de una forma muy próxima. El ambiente que se crea es muy familiar y, en el futuro, siempre puedes contar con el consejo de los profesores que tuviste, así como de los que fueron tus compañeros. En el ámbito profesional, gracias a la EPJ, pude aprender de forma rápida los trucos del día a día que ningún libro te enseña.

P. ¿Recomendarías hacer la Escuela a un reciente Graduado/Licenciado en Derecho?

R. La EPJ es el trampolín perfecto para saltar a la práctica judicial con el paracaídas adecuado. La recomiendo a todos aquellos que deseen estrenarse en los tribunales y quieren hacerlo de la mejor manera. También a aquellos, ya estrenados, que quieren profundizar en los vericuetos de las entrañas procesales de los Juzgados.

P. Ahora que eres profesora de la EPJ del ICAB, explícanos qué puede aportar a un recién Graduado/Licenciado en Derecho nuestro Postgrado en Práctica Jurídica...

R. En las clases de la EPJ, concretamente en las de mi especialidad, que es la de Penal, intentamos realmente transmitir a los recién salidos de la Facultad cómo comportarse desde que entran por la puerta giratoria de la Ciudad de la Justicia, hasta cómo acercarse al Ministerio Fiscal. Son detalles que en la mayoría de casos no aprendes... sino "a golpes", como suele decirse. Una aproximación a todos estos detalles marca la diferencia en un acabado de Graduarse.